La dicha de ser profesor

Esta mañana como colegio realizamos una salida pedagógica a un sector patrimonial de Valparaíso. Visitamos lugares que se encuentran tan solo a 15 km de distancia del colegio, pero que para muchos estudiantes de educación básica, eran hasta ahora desconocidos.

Realmente fue emocionante para mí, enseñar tanto en tan poco tiempo: mientras viajábamos en el bus y a medida que recorríamos la Plaza Victoria, el Museo de Historia Natural de Valparaíso, el Ascensor El Peral, y algunos paseos de los cerros Alegre y Concepción.

Me impresiona que varios de mis alumnos de 5° nunca se hubiesen subido a un ascensor (funicular típico del puerto), ni conociesen el museo y hayan visitado los murales de los cerros más turísticos de Valparaíso.

Una de las cosas que les escribí en un mensaje a mis apoderados fue que les insto a visitar esos y otros lugares de la bella zona donde Dios nos ha concedido vivir. Ojalá reciban el consejo e inviertan en el desarrollo cultural de sus hijos.cerro alegre colegio

Enseña como un maestro 2.0

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Estoy leyendo este libro genial, escrito por Doug Lemov. Lo compré en una versión digital, en AptusChile.cl. Supe de él gracias a una excelente capacitación que recibí a fines de febrero, en mi nuevo colegio.

Fue tanto mi entusiasmo al conocer el contenido de ese libro, que decidí seguir aprendiendo las otras técnicas que no alcanzamos a ver en la capacitación.

El libro viene acompañado de un set de videos de puesta en práctica de las técnicas enseñadas, que me resultan sumamente desafiantes.

Se lo recomiendo plenamente a todos los profesores en ejercicio y en formación. Pienso que estas lecciones debí aprenderlas mucho tiempo atrás, pero en vez de quejarme prefiero alegrarme al ver que estoy teniendo buenos resultados al ponerlas en práctica en esta primera semana de clases.

EXTRA:

De regreso a las pistas

de regreso a las pistas

Siento que este año estoy volviendo a vivir la dicha de ser profesor.

Estoy en un nuevo colegio y tengo nuevas esperanzas de poder dar un mejor servicio a mis alumnos y de disfrutar de esa experiencia.

Cuando trabajé en mi primer colegio, en el sureño Temuco, me auto nombré Profesor Bandurria, básicamente porque es mi profesión y porque me gustan las bandurrias, y recuerdo con alegría que mis queridos alumnos me llamaban y me saludaban así:

  • ¡Buenos días, niños y niñas!
  • ¡Buenos días, Profesor Bandurria!

Todavía no me conocen así en mi actual colegio, pero en cualquier momento me daré a conocer… cuando me sienta más en propiedad en mi cargo y con más confianza.

Propósito de ese blog.

Quiero dedicarme a subir publicaciones relacionadas con mi práctica profesional, con la educación en general, y con recursos que puedan ser de bendición para otros.  ¡Bienvenidos!