Algunos de ustedes recordarán que en agosto y en octubre dirigí una campaña para reunir fondos para ayudar a algunos niños/as se puedan conectar a sus clases online.
Lo que me faltó por hacer fue un cierre, así que en eso estoy.
Gracias a Dios y a la generosidad de varios amigos y familiares, reunimos un poco más de un millón de pesos chilenos (US 1.340), que sirvieron para ayudar a 12 familias (6 de mi curso y 6 de otros cursos).
Actualmente solo faltan dos semanas de clases y me alegra decir que los celulares y las tablet fueron de gran utilidad. Las familias expresaron su enorme gratitud a los colaboradores, y a Dios, quien tocó primeramente nuestros corazones para ayudar a nuestro prójimo.
Con alegría, podemos decir entonces. Gracias, Señor. Misión cumplida.